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Cartilha


8. India


Foto: Indranil Mukherjee/AFP

Población: 1,000 millones de personas (2,000)
Extensión territorial: 3,287,782 Km2
Forma de gobierno: república parlamentaria


Desafiantes problemas de concentración de la tenencia de la tierra, derechos y seguridad de posesión y acceso a la tierra existen en la India. A pesar de la reducción en la participación de la agricultura en el producto interno bruto (PIB), aproximadamente 58% de la población depende de la tierra para sobrevivir. De este total, 63% poseen propiedades rurales de menos de 1 hectárea, mientras que las parcelas de tierra con 10 hectáreas o más están en manos de menos del 2% de los propietarios. Los sin tierra o los que tienen hasta 0.2 hectáreas representan el 43% del total de las familias campesinas.

La mayoría de los estudios indica que las desigualdades aumentaran en el país. El número de trabajadores sin tierra creció y el 10% más rico tendió a monopolizar más tierra ahora que en 1951.

Reseña histórica

En los dos siglos de colonización británica, fue a través de la tierra que la India experimentó el atraso de su independencia económica y la ruina de los procesos sociales. La forma tradicional de propiedad y los patrones de uso de la misma fueron transformados para facilitar la adquisición de tierra a bajos precios principalmente por los empresarios agrícolas y mineros colonialistas británicos.

La introducción de la propiedad privada deslegitimó el sistema de propiedad comunal de las sociedades tribales. En 1793 introdujeron un impuesto sobre la tierra a través de la Ley de Colonización Permanente y ya para 1948, año de la independencia, la India heredó un sistema agrario semifeudal.

Al inicio de su independencia, la propiedad y el control de la propiedad en la India estaban altamente concentrados en manos de pocos dueños de tierras e intermediarios cuya principal intención era extraer la mayor renta posible, en dinero o en productos. Esta realidad poco preocupó a los gobiernos de las décadas de los setenta y ochenta. Apenas durante la década de los noventa la cuestión agraria resurgió, ahora con nuevo brío y diferentes motivaciones.

El modelo agrícola del Banco Mundial

La actual propuesta de reforma agraria es dirigida al mercado y promovida por varias instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial. El énfasis actual refleja y busca concretizar los objetivos macroeconómicos de esas instituciones.

Estas instituciones destacan que se necesitan reformas para resolver los problemas básicos que enfrentan los pobres rurales de la India: el acceso a la tierra y la seguridad de su posesión. Plantean reformas estructurales de los derechos de propiedad para crear un mercado de tierras como parte de una estrategia de estímulo al crecimiento económico y a la reducción de la pobreza rural.

El paquete que ofrecen incluye la titulación, levantamiento catastral, registro de tierras, mejoría del sistema de impuestos, política de asentamiento, legislación agraria, administración rural, transacciones de compra y venta de tierras y la remoción de restricciones al arrendamiento.

En 1975, el "Reporte de la Política de Reforma Agraria," realizado por el Banco Mundial, señalaba la titulación y el registro de tierras como los principales instrumentos para aumentar la seguridad de la propiedad. Es decir, para establecer un mercado próspero de tierra y permitir el uso de la tierra como garantía de crédito. Estos ingredientes constituyen el soporte de las reformas agrarias conducidas por el Banco alrededor del mundo.

El fundamento de las medidas del Banco es el funcionamiento del mercado de tierras, en el cual éstas serían negociadas desde los productores "menos eficientes" hacia los productores "más eficientes." Como una transacción privada, el propietario tendría que aprovechar mejor el uso de la tierra o lo que en la terminología del Banco Mundial significa "generar ganancias máximas."

Al mismo tiempo que anuncian un creciente acceso a la tierra por parte de los pobres rurales a través del crédito de tierras, las instituciones internacionales promueven políticas macroeconómicas que amenazan su viabilidad: liberación del comercio, recortes en los subsidios a los productores de alimentos, privatización del crédito, promoción excesiva de la exportación e investigación en tecnologías caras como la ingeniería genética.

Tales políticas afectan a los pequeños productores llevándolos a la bancarrota, a la venta de sus tierras en masa, al aumento del número de campesinos sin tierra, a la concentración de la tenencia de la tierra, la degradación ambiental y la migración rural-urbana. Para muchos observadores el resultado más evidente de esa política es el deterioro del acceso de los productores pobres a la tierra, ya que son forzados a vender la que poseen o a perderla.

La agricultura comercial tiene sus primeras raíces en la India en los años 60 con la Revolución Verde, cuando el Banco Mundial en conjunto con la agencia estadounidense USAID, promovieron la productividad agrícola a través de la importación de fertilizantes, semillas, pesticidas y maquinaria.

El Banco proveyó el crédito necesario para la substitución de la agricultura de bajo costo y de poca inversión existente, por un sistema agrícola de uso intensivo de capital. La mayor parte del capital externo que se gastó en la importación de insumos modernos fue subsidiado por el Banco Mundial, en cuanto este ejercía presión sobre el gobierno para obtener condiciones favorables para inversiones extranjeras en la industria de fertilizantes en la India, liberalizando las importaciones y eliminación de los controles locales.

En 1969 se creó la Compañía de Semillas Terai, que recibió un préstamo de US$13 millones del Banco. Dos préstamos más al Proyecto Nacional de Semillas, totalizando US$ 41 millones entre 1974-1978. En 1988, el Banco Mundial hizo un cuarto préstamo a este sector de US$150 millones para privatizar la industria india de semillas y abrir el país a las corporaciones multinacionales. La agricultura es el sector que recibe mayores inversiones del Banco Mundial en todos los países. En la India, 130 proyectos agrícolas recibieron $US10 200 millones desde los años 50.


Mercados de agua y bosques

En la India, donde dos terceras partes de la producción agrícola depende de irrigación y ésta corresponde 83% del consumo de agua, sistemas de riego que pueden aumentar la productividad asumen una importancia crítica.

Por esto, las instituciones internacionales pasaron a promover una reforma del sector hídrico. Destacando la necesidad de una " revolución total en la agricultura de riego" el gobierno de India y el Banco Mundial identificaron como tareas:
- modernizar las agencias de irrigación para transformarlas en autónomas y confiables
- mejorar los sistemas de riego
- organizar a los agricultores para que se responsabilicen de la operación y administración
- formar asociaciones de agua
- restaurar el financiamiento del riego, con la mira de transformar los departamentos estatales en autosuficientes
- racionalizar las tasas de cobranza del agua y las impuestos de colecta,
- instituir un sistema de derechos de agua.

El énfasis de la reforma del sector hídrico esta en la creación de mercados de agua. La propaganda de modernización es usada por el Banco para instituir un sistema de cobranza para el agua y establecer su privatización.

Otro punto de esta política son los proyectos forestales. El monocultivo de especies como eucalipto, una de las favoritas del Banco Mundial, resulto en la degradación de los suelos y la disminución del volumen de agua.

Después del fracaso de los programas socio forestales, y enfrentando un creciente deterioro de los recursos forestales del país, en 1999, el gobierno introdujo una nueva política forestal: los bosques serán administrados primero como una necesidad ecológica, segundo como fuente de bienes a las poblaciones locales y apenas en tercero como fuente de madera para la industria y otros consumidores de fuera de la localidad. Esa política fue pionera en la medida en que reconoció los pueblos habitantes de los bosques como elemento esencial, oyó sus demandas y los consideró socios del Departamento Forestal.

Pueblos tradicionales

La tierra transformada en mercancía entra en conflicto con los usos tradicionales de sociedades como las tribales, que generalmente no poseen documentos que formalicen los derechos a la tierra. Ocurre que esto pueblos viven en regiones ricas en recursos y el gobierno y el sector privado desean tener acceso y control sobre esos atractivos recursos.
Se estima que 2 millones de personas fueron desalojadas por grandes proyectos desde la independencia. La mayoría de ellas pertenecían a tribus, que constituyen el 7% de la población de la India.

Las condiciones de participación femenina en la agricultura también han pasado por cambios, y no para mejor. Tradicionalmente, las mujeres rurales han sido responsables por la mitad de la producción mundial de alimentos. Ellas siguen siendo las principales productoras de arroz, trigo y sorgo que cubren hasta el 90% de las necesidades alimentarias de los pobres del campo. El conocimiento especializado de las mujeres sobre recursos genéticos para alimentación y agricultura las hace las guardianas de la biodiversidad.

Hasta ahora, la cuestión de género es una preocupación periférica. Ha habido negligencia en cuanto a los problemas de la mujer relacionados con la tierra de parte del gobierno, de las instituciones no gubernamentales y de los estudios académicos.

Sensibilizar a las poblaciones de la India es particularmente importante ya que la reforma agraria ha desaparecido del imaginario popular. Es urgente devolver la reforma agraria a la agenda nacional. La principal función de los movimientos sociales en la India es incluir la reforma agraria como cuestión importante, esencial, inclusiva, para la soberanía del país.

 

9. México

10. Tailandia

11. Zimbabwe

12. Las políticas de la Vía Campesina

13. Bibliografia

14. Expediente